Castilla-La Mancha, entre todos los encantos que tiene para ofrecerte, destaca por ser una de las comunidades con el mayor número de viñedos en España, y de mayor calidad. ¿Te apetece disfrutar del enoturismo en Castilla-La Mancha? Entonces, tenemos muchas cosas que contarte. Quédate con nosotros para descubrir cómo aprovechar a tope esta actividad.
Qué es el enoturismo
El enoturismo es una variante turística focalizada en las principales áreas vitivinícolas. Se trata de un sector muy ligado al turismo cultural y gastronómico, que permite dinamizar la economía de municipios enológicamente relevantes. Estas rutas del vino incluyen entre sus actividades catas y visitas a bodegas, viñedos o museos temáticos.
En el caso de España (tercer destino enoturístico mundial), el turismo enológico vive una edad de oro; atrajo a más de dos millones de enoturistas en 2022. En este punto, conviene destacar que Castilla-La Mancha fue la tercera comunidad vitivinícola con mayor número de visitantes en 2023.
¿Por qué hacer enoturismo en Castilla-La Mancha?
- Con sus 473 000 ha cultivadas, Castilla-La Mancha es el viñedo más grande del mundo. No en vano, abarca la mitad de la superficie vitivinícola española.
- Esta región cuenta con 10 denominaciones de origen y 6 rutas del vino (la Mancha, la Manchuela, Uclés, Valdepeñas, Méntrida-Toledo y Almansa). Semejante variedad abre todo un mundo de posibilidades a la hora de crear una oferta enoturística caracterizada por la innovación y la versatilidad.
- No toda la actividad vitivinícola de esta región se ha mecanizado. Así pues, las rutas de enoturismo por Castilla-La Mancha todavía permiten conocer prácticas tradicionales como la recolección manual (“en vaso”).
- Hacer enoturismo en Castilla-La Mancha te ofrece la excusa perfecta para conocer su vasto patrimonio cultural. ¡Aprovecha tu visita para profundizar en la fascinante ruta del Quijote!
- Queso, cordero, pisto, morteruelo… verdaderamente, la gastronomía manchega tradicional parece haber sido concebida para acompañar sus vinos autóctonos.
5 destinos enoturísticos castellanomanchegos que debes visitar
Campo de Criptana (Ciudad Real)
Perteneciente a la Ruta del Vino de la Mancha, Campo de Criptana es una parada enoturística de primer nivel. En tu recorrido enológico, recomendamos visitar bodegas como Castiblanque y Símbolo. Asimismo, las casas blasonadas y los monumentos como la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción le darán un toque cultural a tu recorrido. Absolutamente imprescindible resulta la visita a los molinos de viento que Cervantes inmortalizó en su obra maestra.
Valdepeñas (Ciudad Real)
Sería imperdonable hablar del turismo enológico en Castilla-La Mancha y no mencionar a Valdepeñas y su ruta del vino homónima. Navarro López, Megía e Hijos y Señorío de los Llanos figuran entre sus principales bodegas. Por otra parte, puedes enriquecer aún más tu visita con monumentos como la Casa de Baños del Peral y la Iglesia la Asunción de Nuestra Señora. ¿Y qué te parece dar un relajante paseo por la ribera del río Jabalón?
Belmonte (Cuenca)
Las actividades turísticas en Cuenca van mucho más allá de visitar las famosas casitas colgantes. De hecho, localidades conquenses como Belmonte ponen de manifiesto la gran relevancia que tiene esta provincia para el enoturismo en Castilla-La Mancha.
Desde el punto de vista del turismo enológico, Belmonte pertenece a la Ruta del Vino Uclés. Durante tu visita podrás conocer bodegas llenas de encanto, como es el caso de la Cooperativa San Isidro Labrador y J. Cano-Ludeña.
Además de por el enoturismo, Belmonte sobresale por su soberbio patrimonio cultural, pues ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico. Así, la localidad natal de Fray Luis de León atesora joyas arquitectónicas de la talla de su castillo amurallado (S. XV) o del convento de las Concepcionistas. Además, su proximidad con Mota del Cuervo (a 16,8 km) permite conocer uno de los puntos más importantes de la Ruta del Quijote.
La ubicación estratégica de esta localidad conquense la convierte en uno de los destinos enoturísticos más buscados. Ciertamente, llegar a ella desde ciudades como Madrid o Valencia no te llevará más de 2 horas. ¡Es perfecta para una escapadita enológica!
Almansa (Albacete)
Almansa da nombre a una de las principales rutas de enoturismo de Castilla-La Mancha. Adscritas a su famosa denominación de origen se encuentran bodegas tan vetustas como Piqueras, Cano, Matamangos y Tintoralba. Por su parte, el convento de las Agustinas, el castillo y el Museo “Batalla de Almansa” figuran entre sus mayores hitos monumentales. Finalmente, si quieres relajarte en plena naturaleza, no dudes en acercarte a su pantano.
El Toboso (Toledo)
Considerado como uno de los grandes exponentes de la Ruta del Vino de la Mancha, El Toboso es bien conocido por su centenaria tradición enológica. ¿Sabías que en esta localidad se llevan fabricando tinajas para el vino desde el S. XV? Circundada por viñedos, cuenta con numerosas bodegas, como Campos de Dulcinea y la Venta de Don Quijote.
Por último, los museos dedicados al amor platónico del Ingenioso Hidalgo conforman buena parte de su interesante oferta cultural.
Enoturismo en Castilla-La Mancha y Casa Herreros: una combinación ganadora
Desde luego, la mejor forma de hacer enoturismo en Castilla-La Mancha es alojarse en una casa rural. Al fin y al cabo, este tipo de alojamientos ofrecen una experiencia especialmente auténtica y confortable.
Ubicada en Cuenca y muy cerca de Belmonte y Mota del Cuervo, Casa Herreros te brinda un enclave privilegiado para tus planes enoturísticos en Castilla-La Mancha. Ponemos a tu disposición una amplia casa rural con capacidad para 12 personas y dotada de exclusivas comodidades (piscina, pista de pádel, barbacoa, etc.).
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