Cuenca es una provincia muy desconocida. A pesar de que la capital tiene grandes atractivos como sus Casas Colgadas, el Convento de San Pablo o la Hoz del Huécar, lo cierto es que más allá de la ciudad homónima, muchos de sus otros municipios quedan fuera del radar del turista medio. Para hacer frente a esta situación, hoy queremos presentarte uno de los destinos más interesantes en todo el territorio, te animamos a visitar el Castillo de Belmonte.
Esta joya medieval está situada en el municipio del mismo nombre y está considerado como uno de los castillos más bonitos en toda la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Como la fortaleza, el municipio de Belmonte destaca por sus raíces medievales, hasta el punto de que está declarado como Conjunto Histórico Artístico.
La cuna de Fray Luis de León evoca los paisajes manchegos descritos magistralmente por Miguel de Cervantes en El Quijote. Nosotros no estamos a la altura del gran literato del Siglo de Oro, pero seguro que con esta descripción te animas a conocer el Castillo de Belmonte.
Historia del Castillo de Belmonte
Este castillo comenzó su construcción en el año 1465, y desde el siglo XV ha pertenecido a la misma familia. En un primer momento, quien ordenó el levantamiento fue Juan Pacheco, primer marqués de Villena. La finalización de las obras tuvo lugar en 1468, bajo las órdenes del arquitecto Hanequin de Bruselas y con la más que posible ayuda de Juan Guas.
La fortaleza sufrió graves deterioros a inicios del siglo XIX, pero en 1857 la emperatriz Eugenia de Montijo restauró el castillo para devolverle su esplendor original. En estos trabajos participó Alejandro Sureda.
Tras la caída del imperio francés en 1870, los dominicos franceses se establecieron en Belmonte y lo adecuaron como monasterio.
Una vez se fueron los monjes, en el año 1885, el Duque de Peñaranda, Hernando Fitz-James Stuart y Falcó continuó con las rehabilitaciones e incluso lo utilizó como residencia.
Ya en el siglo XX, en 1931, el castillo fue declarado Tesoro Artístico Nacional, la figura que hoy día es Bien de Interés Cultural. Actualmente, pertenece a la Casa Ducal de Peñaranda y, aunque sigue siendo de propiedad privada, desde 2010 está abierto al público.
¿Por qué debes visitarlo?
El Castillo de Belmonte ha sido utilizado desde inicios del siglo XXI como un espacio museístico y de ocio muy importante. Incluye contenidos culturales y didácticos que recrean toda la historia de la fortaleza y sus moradores.
La visita incluye un recorrido por el recinto amurallado y el patio de armas donde los visitantes pueden contemplar la restauración neogótica de algunos de sus pabellones, el aljibe, la balconada y las dependencias de la emperatriz Doña Eugenia de Montijo.
Otro aspecto interesante en el castillo es el Adarve, la zona elevada entre almenas y torreones que ofrece vistas al pueblo de Belmonte. Allí, desde ese punto descubrirás (mediante señalización en el propio castillo) monumentos del municipio como la Colegiata de San Bartolomé, el antiguo alcázar del Infante Don Juan Manuel, el Convento de los Trinitarios o la Plaza del Pilar.
¿Cuándo visitar el Castillo de Belmonte?
Este castillo permanece abierto durante todo el año, salvo días excepcionales. La mejor forma de organizar una visita es directamente ir a su página web, donde especifican los horarios y las jornadas en las que permanece abierto.
La visita recomendada tiene una duración de entre una hora y una hora y media. En ese tiempo incluso se puede disfrutar de una proyección audiovisual de 12 minutos donde se narra parte de la historia. Igualmente, a través de internet, los interesados pueden descargarse gratuitamente una audioguía disponible en español, inglés, francés e italiano.
Si bien cualquier día es una buena ocasión para acercarse hasta Belmonte, entre mayo y junio se realizan cada año las Jornadas de Recreación histórica en el Castillo. De este modo, estas fechas son las más recomendables para conocer de primera mano cómo era la vida medieval en Belmonte con la ayuda de especialistas en Historia Viva.
¿Cómo llegar?
El Castillo de Belmonte se localiza a las afueras del municipio del mismo nombre, que está enclavado en La Mancha Conquense, a 96 kilómetros de la capital provincial. Su término municipal está atravesado por la carretera N-420.
A su vez, también lo atraviesan otras carreteras regionales y locales, como la CU-V-8341, que conecta el pueblo con Rada de Haro, donde se sitúa Casa Herreros, una de las principales casas rurales en toda Cuenca.
Más allá de la capital de provincia, lo interesante del Castillo de Belmonte es que está muy bien conectado con otras grandes ciudades como Madrid, Toledo o Ciudad Real. Desde Casa Herreros destacamos especialmente este lugar entre nuestros Consejos para Visitar Cuenca. Y es que la localización cercana a Madrid y Valencia, así como la conectividad vía AVE con Andalucía, hace muy posible una escapada a este rincón medieval.
El Castillo de Belmonte desde Casa Herreros
Casa Herreros, en Rada de Haro, es el emplazamiento perfecto para visitar el Castillo de Belmonte. Situada a apenas 13 kilómetros de la fortaleza, un factor muy relevante de este alojamiento es que también está muy próximo a Villaescusa de Haro, otro pequeño municipio con alta carga histórica y monumental.
Nuestra casa rural en Rada de Haro ofrece alojamiento para 12 personas y numerosas comodidades como piscina, pista de pádel, barbacoa y spa.
Asimismo, también ofrecemos experiencias muy ligadas a la naturaleza como sesiones de cetrería o visitas a la mina romana La Condenada, que comenzó a explotarse en el siglo I d. C.
Para saber más sobre Casa Herreros y visitar el Castillo de Belmonte, así como cualquier espacio cercano con interés histórico, paisajístico, cultural o monumental en Cuenca, contáctanos. No lo dudes, estaremos encantados de resolver tus inquietudes.